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  VIAJEASTRAL

 

 ¿QUE ES EL VIAJE ASTRAL?

Un viaje astral es la separación del cuerpo físico y el cuerpo astral. Esta separación es muy parecida a la muerte, muchas de las personas que han permanecido muertas clínicamente durante algunos minutos lo han experimentado conscientemente. Pero no hace falta estar al borde de la muerte para experimentarlo. Algunas personas lo experimentan de forma espontánea cuando están perfectamente despiertas, sin proponérselo siquiera, mientras que otras se pasan la vida buscando en vano dicha experiencia y lo más que consiguen, después de ayunar y de meditar durante años, es una potente proyección mental.
Durante la realización de un viaje astral las limitaciones físicas parece que pueden superarse. La persona puede desplazarse a miles de kilómetros de distancia de forma instantánea, ve lo que sucede y lo describe con increíble exactitud. Los ejemplos de esta clarividencia provocada por experiencias fuera del cuerpo son innumerables. La Sociedad de Investigaciones Psíquicas británica cuenta en sus archivos con numerosos casos comprobados, que incluyen incluso la resolución de un crimen gracias a un testigo que presenció el robo y muerte de un hombre, mientras se encontraba fuera de su cuerpo.



Quien ha experimentado un viaje astral suele describir el extraño «cordón de plata» que une su cuerpo físico con el psíquico. Ese hilo sutil mantiene la conexión entre ambos..
Lo más corriente es que las personas que se encuentran realizando un viaje fuera del cuerpo se comporten como fantasmas; pueden ver pero no ser vistos, ni intervenir físicamente donde se encuentran.
Aunque esto no siempre es así. Hay personas que afirman haber visto figuras espectrales de familiares y conocidos, que después se comprobó que estaban bien vivos, aunque dormidos, cuando se produjo el fenómeno. En ocasiones, la aparición de esos supuestos espectros se produce durante la agonía de la persona, como si quisiese despedirse de sus allegados por última vez. Los expertos los llaman "fantasmas de los vivos" y su presencia obedece a desdoblamientos astrales.
Durante un viaje extracorporal se pueden recorrer grandes distancias y atravesar todo tipo de obstáculos, pero también hay ocasiones en que el viajero astral no puede atravesar una simple pared, y tiene que salir por la puerta, como una persona física.
Algunos pasajes de literatura religiosa parecen confirmar esta similitud entre la muerte y las Experiencias Extracorpóreas. De algunos fragmentos de la Biblia podría deducirse que la muerte es allí descrita como la rotura de «un cordón de plata» que une el «otro» cuerpo al cuerpo físico, como por ejemplo se menciona en Eclesiastés 12. En otras religiones como la hindú o el budismo esta aún más arraigada esta idea y prácticamente en todas las culturas han existido "Chamanes" o Hechiceros que afirmaban tener Experiencias Extracorpóreas.
A veces el mundo físico visto en una EEAC no se corresponde mucho con la realidad. Puede que se añadan cosas con significado simbólico, como por ejemplo rejas en las ventanas para evitar la huida, o una especie de luminosidad en torno a los objetos.
Sentir que uno sale fuera de su cuerpo debe ser, a todas luces, una experiencia impactante. Viajar hasta lugares lejanos, ver cosas que se escapan a la percepción habitual, y hasta sentir que se es algo más que cuerpo físico, son algunas de las realidades a las que es posible acceder cuando la mente se libera del cuerpo. Se trata de un fenómeno vivido no sólo por místicos, chamanes y personas que han sentido de cerca la muerte, si no por gentes normales en situaciones corrientes.
Una súbita sensación de ligereza invade el cuerpo. Y antes de terminar de acostumbrarse, los ojos comienzan a percibir la habitación de modo diferente.
Mientras dormimos a veces nuestro espíritu abandona nuestro cuerpo.
Ya no está tendido en la cama, sino muy cerca del techo. O al menos eso parece. Al girar la vista, surge una visión estremecedora: tendida sobre la cama se encuentra una persona a la que uno conoce muy bien... demasiado bien. La primera sorpresa es verse a sí mismo acostado, mientras que el auténtico yo se encuentra flotando en la habitación. Después ya no hay prácticamente límites a lo que puede pasar. Ir a visitar a un amigo al otro lado de la ciudad, viajar a lejanos países, ver lo que pasa en la habitación de al lado, o incluso reunirse con algún pariente que falleció hace cierto tiempo...



Mientras dormimos a veces nuestro espíritu abandona nuestro cuerpo.
PROCESO DEL DESDOBLAMIENTO ASTRAL.

Este fenómeno es conocido desde antiguo como bilocación, la facultad de estar presente en dos lugares a la vez y en el mismo tiempo. En la historia de algunos santos católicos, como San Francisco Javier, nos encontramos casos demostrativos.

PROCESO DEL DESDOBLAMIENTO ASTRAL.
Se desdobla aquel que sale su alma, o se proyecta, fuera del cuerpo (aunque sigue conectado a éste) siempre en el mismo contexto de espacio-tiempo. Dicho de otra forma, el desdoblamiento se produce tanto en cuanto el sujeto sigue estando en su propio tiempo, si se desplaza fuera de ese contexto a otro espacio-tiempo ya estaríamos hablando de un viaje astral. Sirva de ejemplo para entenderlo mejor: cuando se produce el fenómeno de salida del alma del cuerpo, si se comprueba de que se sigue estando en la habitación donde comenzamos la experiencia, podemos afirmar que se ha producido un desdoblamiento, sin embargo, si nos vemos en la Roma de los césares de hace dos mil años es obvio que se trata de un viaje astral.
Para evitar futuras confusiones, y habiendo reconocido ya que el cuerpo astral sirve como vehículo y soporte para el alma, nos referiremos siempre al cuerpo astral. Los desplazamientos de este por el espacio traen en consecuencia el conocimiento de una nueva óptica del conjunto que nos rodea. No se debe confundir nunca el concepto de desdoblamiento con el de viaje psíquico, que es una forma de viaje telepático que tiene el individuo en trance profundo y que normalmente sirve para extraer visiones de lugares, personas y acontecimientos sin haber estado allí.
Tanto unos como otros experimentos no deben realizarlos aquellos que padezcan enfermedades del corazón de cualquier especie; tensión alta; cualquier seria afección de los nervios, sistema circulatorio o respiración. También aquellos que su estado emocional o psíquico lo desaconseje.
PROCESO TÉCNICO:
Las técnicas de autohipnosis suelen ser muy útiles para este tipo de experiencias, ahora, que si tenemos otros intereses se puede inducir a hipnosis a otro sujeto y probar con él . Ni decir tengo que quien no esté familiarizado con el mundo de la hipnosis procure realizar el experimento consigo mismo.
1.En primer lugar hemos de buscar el lugar donde realizar la experiencia. Para esto es recomendable, yo diría casi imprescindible, una ubicación tranquila y silenciosa, alejada del paso de personas que pudiesen interrumpir el ejercicio (cosa bastante fastidiada).
2.En segundo término, una vez logrado lo anterior, buscar una cama (o un colchón), algo donde podernos tumbar que no sea ni excesivamente blando ni duro. Aligerarnos de prendas que aprieten, mejor desnudos, y nada de llevar objetos metálicos encima tales como anillos, pendientes o colgantes. Ahora nos echamos tumbados mirando hacia arriba, de "supino", posición recto espalda. Los brazos extendidos a los lados y las piernas hay que colocarlas juntas, no se han de cruzar los brazos ni las piernas.
3.Lo tercero es la respiración. Es fundamental que sea rítmica, es decir establecer un patrón de respiración que nos permita realizar la experiencia sin estar al tanto detalles tales como la forma de respirar. Se establece como bastante práctica la respiración en tres fases de llenado y vaciado. Explicado de la siguiente manera: (con los pulmones vacíos) llenar primeramente la cavidad inferior, es decir hinchar el estómago. A continuación la parte media, el pecho. Para terminar con el llenado de los pulmones en su parte superior, subiendo los hombros. Guardar ese aire algunos segundos; expirar lenta pero totalmente hasta sentir los pulmones vacíos y aguantar unos segundos. Hecho esto volver a inspirar como antes he indicado, lograr una continuidad y buscar que este acto sea más bien mecánico, de manera que no se deba prestar más atención en él. Es tan importante el modo se respirar que baste decir que con él aceleramos la circulación sanguínea, fundamental motivo para que el cuerpo astral vibre y tenga la oportunidad de desprenderse.
4.El cuarto paso es la autosugestión. Nos debemos relajar, "dejarnos llevar... más todavía, más, más...descansa, descansa; no te preocupes por nada, déjate llevar...relaaajate". Algo así debemos pensar para relajarnos de nuestra tensión cotidiana; si nos concentramos en que "no debemos pensar en nada" será contraproducente, porque basta con pensar en ello para pensar que estamos pensando en ello, valga la redundancia. Pasados "X" minutos (cada uno tiene que tomarse su tiempo) es harto probable sentir un hormigueo en algunas zonas del cuerpo, que se va extendiendo ocupando el resto. Ahora fijemos nuestra atención al movimiento interno del cuerpo astral. El aura está irradiando energía, el cuerpo astral vibra como un diapasón; es el momento de la salida.
5.El quinto paso la proyección. Queremos salir y somos conscientes que ahora es el momento. Aumenta la sensación de que nuestro cuerpo pesa mucho, más, más todavía, mientras que por otra parte notamos cierta ingravidez que nos impulsa en dirección superior. Es buena técnica la de buscar sentir o notar que crecemos por los pies primero, para luego hacerlo por la cabeza. Parar. Volver a hacerlo. Parar. Ahora vamos a subir, subir, subir, ... Según tengamos la auténtica sensación de proyección se debe intentar girar astralmente sobre uno mismo para quedarnos mirando al cuerpo. A nuestro cuerpo.
Ya estamos fuera del cuerpo, es posible que notemos algunas presencias más aparte de la nuestra; es normal. No hay que sobresaltarse. Siempre que queramos podemos regresar al cuerpo sin esfuerzo ninguno, es más, cuando llevemos un tiempo ejercitando nuestras proyecciones veremos que es más difícil mantenerse lejos del cuerpo, que cualquier idea nos lleva a él.

SENSACIONES EXTRACORPÓREAS
Voy a enumerar algunas de las sensaciones que por experiencia sé que se pueden presentar: Algunos objetos que conocemos por nuestra experiencia sensorial cotidiana se vuelven fluidos, pastosos. Visiones e ilusiones ópticas de todo tipo; vemos gente, bosques, nubes, construcciones... Sensaciones de tipo olfativo. Olor a flores, rocío, aire puro, distintas fragancias y perfumes. Impresiones táctiles de objetos y cosas totalmente imperceptibles para el sentido de la vista. El sentimiento de conocer algunos lugares o personas, circunstancias y otros datos sin haberlos visto nunca, o sin tener conocimiento de su existencia.
Es recomendable llevar una especie de diario de abordo o libro de bitácora, y escribir en él nuestras experiencias extracorpóreas para ir depurando, y mejorando, día a día nuestros conocimientos.



 
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